martes, 22 de diciembre de 2015

ANÁLISIS DEL "CANTO NOCTURNO DEL CAMINANTE" DE GOETHE

CANTO NOCTURNO DEL CAMINANTE

Sobre todas las rocas
hay paz,
en las copas de los pinos
no sientes
ni apenas un soplo.
Los pajaritos callan en el bosque.
Espera, que pronto
tú también descansarás. 

Johann Wolfgang von Goethe (1780)

El poema balada de Goethe es un claro ejemplo de la poesía surgida del movimiento literario “Tormenta e impulso” surgido en Alemania a fines del Siglo 18.
Desde el título nos plantea elementos vinculados al movimiento, la noche donde se desarrolla lo mágico, lo intuitivo sobre la razón.  El caminante, como un hombre bohemio, solitario, inclusive lo podemos ver como un artista, que tiene la libertad individual que le permite recogerse a pensar.
En su estructura formal el poema está conformado por una rima consonante, en el original, en versos octosílabos  o heptasílabos, alternados con versos de dos  o tres sílabas.
La rima es: a b a / b c d / d d c
Es un poema que no se corresponde con la forma, estructura y concepción general del Clasicismo, del arte racional marcado por reglas.
No aparecen en el texto grandes recursos literarios, apenas una personificación cuando se dice: “…los pajarillos callan…”.
Hay una clara gradación de los elementos de todo el discurso poético. La primera en observar es la de lo más inmenso, la roca, la montaña, hasta lo más pequeño de la creación, que en el poema es el hombre, aunque aparece por allí fuera de lugar la figura del pajarillo.
Otra gradación va de lo más inamovible hasta lo más movible. De la montaña al hombre.
También se aprecia una gradación por racionalidad, de lo menos racional a lo más racional. Dentro del paradigma del movimiento “Tormenta e impulso”, la racionalidad no siempre es una virtud, ya que ella condena al individuo al dolor, al sufrimiento. Los versos siete y ocho parecen confirmar lo del sufrimiento, en tanto afirman que pronto descansarás.
La voz lírica parece expresar lo insignificante del hombre frente a la naturaleza, frente a la creación. Tiene como un tono amenazante o por lo menos que intimida.
La naturaleza aparece como motivo central, se presenta intimidatoria, abrumadora, pero a la vez protectora. De alguna manera parece que el poema tuviera una línea de contar el ciclo de vida natural, que vamos a volver a esa naturaleza cuando finalice nuestro ciclo natural de vida.
Podemos interpretar el tú (lírico) que aparece en el poema como una referencia a los lectores universales.
Otra interpretación podría ser la del hombre en contacto con la naturaleza descansa de sus pasiones, de las que le provoca el mundo, principalmente el urbano. El silencio se puede ver como reparador, inspirador, pero nuevamente aparece también la idea de abrumador e intimidante. Ese silencio nos deja en absoluta inferioridad frente a la majestuosidad de la creación.
Podemos ver, de alguna forma, una línea de relación con la “Divina Comedia” en cuanto al hecho metafórico del camino o ciclo de la vida, el caminante representado por la voz lírica parece que ya recorrió ese trayecto, ese ciclo y nos advierte de que nosotros también pasaremos por el mismo camino.


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