sábado, 26 de diciembre de 2015

TRAGEDIA GRIEGA



Estuctura:
a.       Prólogo
b.      Párados
c.       Episodios y estásimas (intercalados / 4 y 3)
d.      Éxodo
1.       Etimológicamente quiere decir “Canto del/al macho cabrío”. Sus orígenes vienen de la liturgia al dios Dionisio, de índole rural y marcada por una fuerte carga irracional. Orígenes S10 y S9 (A.C.)
2.       La tragedia griega es uno de los 3 tipos de poesía desarrollados en la Antigua Grecia entre los siglos 8 al 5 A.C.
a.       Poesía épica (S 8 y 7 A.C.)
b.      Poesía mélica (S 6 A.C.)
c.       Poesía dramática (S 5 A.C.)
3.       Aristóteles plantea que el objetivo se la tragedia es llevar al espectador hacia un estado de equilibrio espiritual (la jofrosine) haciéndose purificar sus “malas pasiones” (la catarsis) a través del sufrimiento del héroe clásico.
4.       Tragedia de Orestes, “La Orestíada”. Trilogía cuyo autor es Esquilo, compuesta por “Agamenón”, “Las cuéforas”, “Las Euménides”.
Ditirambo: canto coral que tiene como temática exclusivo lo religioso hacia fines del siglo 7 AC / Tepsis. 1er, 2do nacimiento del dios Dionisio.
Aquí está entonces el germen de la Tragedia Griega en tanto es una obra para ser representada. Su auge corresponde al siglo 5 A.C.
Dionisio – dios vinculado al exceso, a lo irracional.
Ditirambo – Canto coral.
Tragedia – para los griegos no era algo malo.
Tepsis, aparece a fines del siglo 7 A.C., quien observa el interés por la parte artística de la festividad, o sea el interés por el Ditirambo. Reduce al coro, originalmente compuesto por un centenar de personas, a un coro de 30 individuos. Lo hace nómade y la temática se amplía a temas generales como informativa, histórica. Crea la figura del protagonista.
Posteriormente desaparece el canto de los actores y queda solo el del coro.
La Tragedia Griega se transforma en la primera forma de literatura panfletaria, un mecanismo de propaganda política.
Todo héroe trágico comienza realizando un exceso (pecado de Hybris (ceguera)), por lo que paga con un castigo que puede ser la muerte, la ceguera o el destierro.
Termina con el héroe reflexionando que no debe cometer excesos. La tragedia griega culmina operando como un sistema de control social, siendo que en la democracia griega no se admiten los excesos.
No solo es un hecho artístico, sino que es un hecho político (que se preocupa por la ciudad, el idiota es lo contrario).
Prólogo (previo al problema) -  brinda información de ubicación espacial, temporal, presenta el nudo trágico y los protagonistas.
Párados – Entrada del coro a escena. Es la voz de la razón, actúa como una conciencia. Dice lo que está bien o se debe hacer. Es el elemento lírico de la tragedia.
Los episodios son el centro de la tragedia griega. Luego de cada episodio viene una estásima, parte cantada que reflexiona sobre el episodio. Luego del espisodio 4 no hay estásima, sino que deviene el exódo, la salida solemne del coro.
La Orestíada (Esquilo)
Es la única que se mantiene completa.
Su protagonista es Orestes, hijo de Agamenón.  La trilogía está conformada por “Agamenón”, “Las Cuéforas” y “Las Eumérides”.
Agamenón es un personaje de ficción creado por Homero en “La Ilíada”. Es el rey que comandaba el ejército que quería tomar e invadir Troya.
Atalaya, es el vigia, un personaje impersonalizado y secundario.
Agamenón, hijo de Atreo (de ahí el término átriada). Clitemnestra, esposa de Agamenón, hermana de Elena (quien es la causante de la guerra de Troya). Ifigenia, hija de Agamenón y Clitemnestra, fue sacrificada por su padre para ir a la guerra. Egisto, primo de Agamenón y amante de Clitemnestra.
Egisto es el único sobreviviente de una matanza de Atreo (padre de Agamenón). Por esa razón siente la necesidad de vengar la muerte de sus hermanos, por lo que va contra Agamenón.
Clitemnestra quiere vengar la muerte de su hija.
Los hijos de Atreo (átridas) son Agamenón y Menelao.
Orestes es hijo de Agamenón y protagonista de “La Oretíada” la obra de Esquilo.
DIDASCALIA – Acotación escénica, interrumpe el discurso dramático para contextualizar la acción del texto.
El Atalaya es el protagonista del Prólogo.
A nivel de la estructura interna el prólogo tiene 2 partes:
1.       Del comienzo hasta la primera didascalia.
2.       Desde el fin de la 1er didascalia hasta la 2da didascalia.
El Atalaya presenta un tono hiperbólico (exagerado) producto del cansancio, desesperación, angustia, soledad. Es un esclavo “besar la mano de mi amo”. Lo puso en esa labor de vigía Clitemnestra.
Comparación autoreferencial “…a guisa de perro…” como un perro. El perro para los griegos tenía connotaciones negativas, era sumiso, no se va a revelar, obsecuente, dócil, en la literatura homérica se lo presenta como carroñero y ventajero, traicionero.
El prólogo (quiere decir, previo al problema) debe tener la ubicación espacial, temporal, nudo trágico y presentar a los protagonistas.
Ubicación temporal – tiempo final de la guerra de Troya (duró 10 años).
Ubicación espacial – El techo de los átridas (ciudad de Argos, palacio).
Protagonistas – se presentan en forma implícita “sobre el techo de los átridas”.
Nudo trágico – no aparece en la primer parte del prólogo, a lo sumo está sugerido en la segunda parte del prólogo “…en cuanto a lo demás…¡chitón!...”
Presentación de los protagonistas y nudo trágico casi siempre es de carácter implícito.
El prólogo de Agamenón es un arquetipo, o sea un modelo, una matriz.
Etopeya -  Es el recurso que se utiliza para presentar a Clitemnestra. Refiere a los aspectos de la personalidad, mientras que la grafopeya es la descripicón física.
“…Así lo manda el VIRIL corazón esperanzado de una mujer…” – etopeya que expresa aspectos de la personalidad de Clitemnestra: tiranía, dureza, falta de fragilidad. Esperanzado, por cumplir su venganza.
Areté: conjunto de virtudes físicas y morales de un individuo, animal o cosa. Concepto universal que marca un modelo social.
En el caso de una mujer el areté esperado es que sea dócil, sumisa, bella, inteligente, fértil. Ese es el areté universal de la mujer griega.
El areté de Clitemnestra es personal y opuesto (antitético), no comparte las características con el areté esperado de la época.
Arkhé – reconocimiento social y poderío.
O sea que si tu Areté se escapaba de lo que era el areté esperado (universal) se pierde el Arkhé, o sea el reconocimiento social y poderío.
El Atalaya tiene miedo, es esto un elemento más de la personalidad de Clitemnestra, habla de su tiranía. El Atalaya es un “perfecto idiota”, alguien que no se ocupa de los asuntos públicos.
Hay una clara preferencia del Atalaya por el régimen masculino de Agamenón (orden, autoridad y respeto). Mientras que Clitenmestra , el femenino, está vinculado al autoritarismo, anarquía, falta de respeto, etc.
El último párrafo del prólogo podría ser una “tercer parte”. El vigía recobra la “sofrocide”, el equilibrio. Es en esta parte donde se plantea el nudo trágico en forma implícita: “lo demás, chitón…”
Hay el uso del recurso de metáfora al decir “…un buey enorme pesa sobre mi lengua…”. Esta metáfora puede tener varias visiones, una la que el vigía está comprado, el buey representa la plata ya que las monedas de aquellos tiempos tenía un buey. La otra es que lo van a matar, las monedas en ojos y boca era lo que se les ponía a los fallecidos para que pagaran al barquero  del río “Aqueronte”.
LA TRAGEDIA GRIEGA SON OBRAS DE MILITANCIA POLÍTICA POR EL SISTEMA DE DEMOCRACIA.

ANÁLISIS DEL PRÓLOGO DE AGAMENON DE ESQUILO



Se trata de un texto del género dramático, de la especie tragedia griega, perteneciente a la obra “La Orestíada” cuyo autor es Esquilo, nacido en Eulisis y perteneciente a una noble y rica familia de terratenientes. La fuente que inspira a Esquilo es la literatura homérica, la cual está empapada de una serie de mitos de origen desconocido.
La trilogía está conformada por “Agamenón”, “Las Cuéforas” y “Las Eumérides”. Agamenón es un personaje de ficción creado por Homero en “La Ilíada”. Es el rey que comandaba el ejército que quería tomar e invadir Troya. Es el héroe trágico de esta obra, que no puede escapar de su destino.
Como toda tragedia griega está estructurada en prólogo, párados, que es la entrada solemne del coro a escena, episodios y estásimas (intercalados, 4 y 3) y éxodo, que es la salida solemne del coro de escena. Donde el párados es la entrada del coro a escena, los episodios son las partes representadas, actuadas, y las estásimas que son  las partes cantadas por el coro, reflexionando sobre el episodio, se trata de la  parte lírica de la tragedia.
El Atalaya, el vigía, es el protagonista del Prólogo. Se trata de un protagonista episódico, secundario, deshumanizado.
En el prólogo podemos identificar tres partes en su estructura interna. La primera va desde el comienzo y finaliza previo a la primera didascalia que es una acotación escénica que interrumpe el discurso dramático para contextualizar la acción del texto.
Comienza con el vigía realizando una plegaria a los dioses que de alguna forma evidencia la desesperación del Atalaya para que su tarea culmine. Presenta un tono hiperbólico, exagerado, producto del cansancio, de la rutina, del querer recuperar su vida. Está en esa labor de vigía puesto por Clitemnestra, esposa de Agamenón.
El Atalaya realiza una comparación autoreferencial, “…a guisa de perro…”, como un perro. El perro para los griegos tenía connotaciones negativas, era sumiso, no se va a revelar, obsecuente, dócil, en la literatura homérica se lo presenta como carroñero y ventajero, traicionero.
Es en esta parte que se nos brinda la ubicación temporal y espacial. La temporal es el final de la guerra de Troya, y la espacial refiere a la ciudad de Argos, que están dadas de manera implícita, refiere a: “…que nos de la nueva de que ha caído Troya...” para marcar la ubicación temporal, y “…sobre el techo de los átridas…” para señalar la ubicación espacial. Así como también presenta de manera implícita a los protagonistas en esta misma referencia ya que habla de los hijos de Atreo, de su familia.
Para presentar a Clitemnestra utiliza una etopeya, un recurso que refiere a los aspectos de la personalidad, en este caso de Clitemnestra: “…Así lo manda el viril corazón esperanzado de una mujer…” donde expresa aspectos de la personalidad de Clitemnestra: tiranía, dureza, falta de fragilidad. Esperanzado, por cumplir su venganza.
Se trata de una mujer que no compare las características del areté, conjunto de virtudes físicas y morales de un individuo, animal o cosa, esperado para una mujer griega. Por lo cual su arkhé, su reconocimiento social y poderío se veía disminuido.
El Atalaya tiene miedo, es esto un elemento más de la personalidad de Clitemnestra, habla de su tiranía. El Atalaya es un “idiote”, alguien que no se ocupa de los asuntos de la polis, de los asuntos públicos.
Hay una clara preferencia del Atalaya por el régimen masculino de Agamenón (orden, autoridad y respeto). Mientras que Clitenmestra , el femenino, está vinculado al autoritarismo, anarquía, falta de respeto, etc.
La segunda parte del prólogo comienza cuando dice:  “…¡Salve, luz que rompes las tinieblas…”, la luz que marca el fin de la guerra, la luz con un profundo significado simbólico, la luz como el comienzo de un nuevo tiempo, en contraposición a la oscuridad, tristeza, angustia de la primera parte.
De este modo se marca el regreso de Agamenón a su palacio, y por tanto el comienzo de los planes de venganza que tiene preparados Clitenmestra.
Aquí el vigía se presenta eufórico, fuera de sus cabales, también en un tono hiperbólico. Observamos un exceso por parte del Atalaya, casi ordenando a la reina por la cual siente desprecio. La locura se hace evidente cuando dice que el ira al frente, que estrechara a mano de su amo. Es una ceguera eufórica en donde no reconoce su rol de siervo, de esclavo, su rol social y político en Argos.
Por último, podemos identificar a tercer parte en el último párrafo del prólogo. Aquí se aprecia a un vigía recobrando la “sofrosine”, el equilibrio. Es en esta parte donde se plantea el nudo trágico en forma implícita: “…en cuanto a lo demás, chitón…”, generando expectativa por lo que vendrá en el devenir de la historia.
Aparece el uso del recurso de metáfora al decir “…un buey enorme pesa sobre mi lengua…”. Esta metáfora puede tener varias visiones, una la que el vigía está comprado, el buey representa la plata ya que las monedas de aquellos tiempos tenían un buey grabado. La otra es que lo van a matar, las monedas en ojos y boca era lo que se les ponía a los fallecidos para que pagaran al barquero  del río “Aqueronte”.


LITERATURA BÍBLICA



Biblia, estructura formal y significado
Etimológicamente “Bibliae”, Los Libros.
Son 51 libros divididos en 2 secciones: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento.
Testamento, etimológicamente quiere decir pacto o alianza.
Antiguo testamento: compuesto por 24 libros, se destacan: Libro de los Profetas, Génesis, Libro de los Salmos.
Nuevo testamento: compuesto por 27 libros, se destacan: Libro de los Evangelios, Libro del Apocalipsis.
 Todos los libros que componen la biblia son sagrados,  o sea “inspirados por Dios”, para la comunidad católica. Al método para determinar qué libro es falso apócrifo se lo denomina canon, que etimológicamente quiere decir “vara de medir”.
SALMO 137 – Se desarrolla en Babilonia
La Biblia fue escrita por diferentes autores entre el 2500 AC hasta el siglo I DC. Contiene diferentes temáticas y géneros: censos, historias, mitos, fábulas, poemas, canciones. Aunque está encapsulada en la relación del hombre con Dios, no es el único tema que trata.
El Antiguo Testamento solo relata la relación de un pueblo, el hebreo, con su divinidad, Yahveh o Jehová. Es el antiguo pacto de los hebreos con Dios.
El Nuevo Testamento relata la nueva alianza, la relación de Dios con toda la humanidad. Los judíos ven en el Nuevo Testamento aportes históricos, informativos, didácticos, pero no parte de la Biblia, en cambio para la comunidad católica, todos los textos son sagrados, o sea “inspirados por Dios”.
El canon hebreo es inacabado, o sea, cuando llegue el mesías, escribirán otros libros.
La Biblia también está escrita en diferentes lenguas.
Salmo, es un himno de alabanza a Dios, para ser tocado por un instrumento y ser cantado. Pertenece al género lírico. Está formado por versos (cada línea) y cada conjunto de versos conforman una estrofa.
El género lírico transmite de forma subjetiva hechos objetivos. En el caso del Salmo 137 el hecho objetivo es que aproximadamente en el 597 AC, los babilonios llegan a Jerusalén y arrasan con la ciudad, tomando prisiones a los hombres, y matando al resto.
Los sobrevivientes son llevados a Babilonia y quedan cautivos por 60 años.
El Salmo es anónimo, pero podemos inferir que el salmista vivió en carne propia el cautiverio y nos cuenta subjetivamente su visión de los hechos.
La voz lírica en la primer estrofa es COLECTIVA, y hace referencia al pueblo hebreo cautivo y fiel a sus costumbre, fe y tradiciones. Cuando refiere a los ríos se debe al hecho que el agua que corre es un símbolo de renovación religiosa, una forma de renovar el vínculo con la divinidad.
El tema de esta primer estrofa es la nostalgia, el dolor por la pérdida de la tierra prometida. Comienza con una ubicación espacial.
La actitud de la voz lírica es pasiva. No hay rebeldía. Hay una incapacidad de superponerse en un lugar que no sagrado: en tierra extraña no puedo cantar, la ley no lo permite, el dogmatismo hebreo, los preceptos, le impiden entonar en tierras extranjeras un canto a la divinidad.
Los judíos solo pueden cantar en tierra sagrada y en ciertos momentos.
Sión: accidente geográfico (monte, colina) en Jerusalén. Lugar sagrado, se encuentra allí, según la tradición hebrea, el arca de la alianza, que guarda las tablillas que Dios entregó con los mandamientos, y el maná, alimento que salvó a los judíos.
En Sión se encuentra el templo más importante y grande de Jerusalén.
Canaan – tierra prometida.
Sión es una metonimia de Jerusalén y del antiguo pacto. Una metonimia es un recurso donde una parte de algo tiene suficiente peso simbólico para representar un todo.
La voz lírica y el autor no tienen nada que ver. La voz lírica va a existir cada que leamos el texto.
Otro recurso que aparece en esta estrofa es el PARALELISMO SINÓMICO, recurso literario para reafirmar y profundizar una idea por repetición. Dos o más expresiones consecutivas con el mismo contenido, donde la segunda debe de profundizar a la primera.
“… y nuestro carceleros nos pedían canciones,
Nuestro captores nos pedía alegría…”
El paralelismo sinómico es uno de los recursos literarios más utilizados en la literatura bíblica ya que la misma tiene un fin didáctico y moral, por lo que la repetición y la reafirmación contribuyen en este sentido.
La voz lírica ve el pedido de los babilonios como una burla. Una tortura sicológica, una agresión. Pero también podemos interpretar que el petitorio corresponde con el apetito de los babilonios por conocer y apreciar a las culturas que capturaban.
Esta apreciación no surge del texto, sino que está apoyada en elementos históricos.
La estrofa termina con un verso que es una pregunta retórica, como me piden que cante si estoy impedido por la ley, por la Torah. Lo cual reafirma la idea de que la voz lírica ve el pedido como una ofensa, como una burla.
La segunda estrofa presenta como tema la fidelidad a Dios. La voz lírica es en singular. La fidelidad se aborda a través de un petitorio de castigo que acepta dos lecturas: el petitorio es autoreferencial (plano explícito) o el petitorio está dirigido a los hebreos que traicionaron a su tradición (plano implícito).
Jerusalén aparece como una metonimia de toda la tradición religiosa del pueblo hebreo.
La tercer estrofa tiene como tema la venganza. La voz lírica se expresa en singular, como en la primer estofa. Se expresa un concepto de justicia divina en dos planos, en la memoria, cuando refiere a los edomitas, y de castigo cuando refiere a los babilonios.
Los edomitas fueron hebreos que se pusieron del lado de los babilonios en su ataque a Jerusalén. La voz lírica pide como justicia la memoria, no olvidar la traición de los edomitas.
En cambio para los babilonios se pide castigo de muerte de sus niños. Castigo físico, dolor. Es un concepto de justicia divina, el “ojo por ojo…”, el Dios hebreo acepta este padecimiento.

ANÁLISIS DEL SALMO 137



Salmo 137, forma parte del Libro de los Salmos, integrante del Antiguo Testamento, se lo ubica en la primera mitad del siglo VI A. C. El autor es anónimo.
Los Salmos son himnos de alabanza a Dios. Pertenece al género lírico y fueron creados para ser tocados por un instrumento y cantados.  El género  lírico tiene como característica el transmitir de forma subjetiva hechos objetivos. En este caso el hecho objetivo es la toma y destrucción por parte de los babilonios de Jerusalén.
Jerusalén fue conquistada, y el primer templo fue destruido, el lugar de oración de los hebreos. El pueblo fue capturado y llevado a Babilonia, donde se les permitía hacer todo excepto irse. En cambio al rey y a sus hijos, no se les perdonó la vida, y fueron asesinados para destruir las dinastías. Cuando los persas conquistan Babilonia le permiten a los hebreos irse, algunos no se van.
El tema del salmo es el recuerdo del cautiverio en el que se suplica venganza y se promete fidelidad a Jerusalén. La estructura se puede apoyar en los estados de ánimo, dividimos el poema entonces en tres partes: la nostalgia, en la primera estrofa, el juramento de fidelidad a Jerusalén, en la segunda estrofa, y la venganza en la última estrofa.
La primera estrofa expresa lamentación por parte de la voz lírica, trae al texto el recuerdo de lo vivido. La voz lírica es colectiva, representa a la comunidad hebrea cautiva, pero fiel a su tradición histórica y religiosa.
Comienza con una ubicación espacial, con referencia a los ríos de Babilonia. Aparece el elemento agua corriente, símbolo de renovación religiosa.
Observamos el recuerdo al monte “Sion”, que se vincula con el templo, con Jerusalén y por lo tanto con Yahveh. Sion, por lo tanto, vendría a ser una metonimia, el recurso que consiste en tomar un parte por el todo o el todo por una parte. Todos estos elementos representan la patria para los hebreos, en este salmo lo religioso y  lo nacional están muy identificados. Jerusalén es el todo para los hebreos, por eso la necesidad de venganza es tan fuerte, porque lo destruyeron.
Se habla de costumbres, algo que hacían regularmente, “nos sentábamos”, la situación está vinculada a la naturaleza, las lágrimas, el agua, el árbol, sólo se habla de la naturaleza en la medida que está relacionada con el sentimiento.
A continuación los carceleros piden que canten, pero ellos cuelgan los instrumentos, esta pasividad de acción es la única forma que tienen de rebeldía, el no cantar cuando se los piden, pues sus captores dominan en cuanto a fuerza física. El pedido de los captores parece una provocación, pues el canto, al ser para Yahvé, se identifica con la alegría, y también con el templo destruido por los mismos captores. No solo no quieren, sino que no pueden cantar sobre Sion, se los prohíbe su propia fe.
Es en este punto que apreciamos el recurso de paralelismo sinonímico, para plantear la relación entre captores y cautivos. El paralelismo sinonímico es uno los recursos más aplicados en la literatura bíblica, se da cuando dos o más expresiones consecutivas con el mismo contenido, donde la segunda debe profundizar a la primera:
“…y nuestros carceleros nos pedían canciones,
nuestros captores nos pedían alegría…”
Donde se reafirma carceleros que pasan a ser captores, y canciones por alegría. Esto pude tener dos lecturas, la evidente, la que surge del texto, es la idea por parte de la voz lírica, de que se están burlando, le están pidiendo que hagan algo que no pueden hacer, que les obliga a traicionar su religión.
La otra lectura es de carácter histórico, los babilonios sabían apreciar las culturas que conquistaban, tenían un apetito de conocimiento, y tal vez por eso les pedían que cantaran.
Éste primera estrofa finaliza con una pregunta retórica que sirve de nexo entre la primera parte y la segunda. Pero que confirma también, el sentimiento de burla que siente la voz lírica ante el pedido de los captores, como voy a cantar en tierra extraña, no saben que mi ley lo prohíbe.
En la segunda estrofa, se presenta una voz lírica en singular, expresando su fidelidad a Yahveh, a su Dios. Dicha fidelidad se aborda a través de un petitorio autoreferencial de castigo, pero también expresa de forma implícita el deseo de castigo a aquellos hebreos que traicionaron su tradición.
La voz lírica pide a Dios un castigo si llegará a olvidar su tradición, un castigo tal que implica la incapacidad de cantar, y por lo tanto la pérdida de unión con su Dios, pues el cantar es una de las manifestaciones más fuertes para adorar a la divinidad.
La última estrofa expresa un lógico odio por aquellos que destruyeron Jerusalén. En el salmo intensifica la presencia de la divinidad nombrándolo directamente por su nombre: Yahvé. Hay ahora un pedido directamente a él, se le pide solamente que recuerde lo que pasó en primera instancia, dejando en sus manos el castigar o no. Este pasaje del salmo recuerda el momento en que los Edomitas aprovecharon la invasión de Babilonia y conquistaron parte del territorio de los hebreos.
En cuanto a Babilonia va más allá, pues primero se pide que se les devuelva lo que hicieron, y después se dice que se estrelle a sus niños contra rocas. Se revive el dolor y el horror de lo que se pasó. Hay una paradoja extrema al decir que será de alguna manera “agradable a Dios” aquel que haga esas atrocidades, pero es un concepto de justicia divina aceptada por las creencias hebreas.
Para la voz lírica no hay misericordia ni perdón, sólo la ley del Talión. Se plantea la idea de “ojo por ojo”, y de un Dios exclusivo que sólo puede ser idolatrado por el pueblo hebreo.