lunes, 8 de mayo de 2017

FRANZ KAFKA (1883 - 1924)



Franz Kafka (1883 –1924), maestro innovador de la narrativa del siglo XX, fue de  nacionalidad checa, lengua alemana, ascendencia judía y de profesión Abogado. Este intelectual de su época, sufrió el impacto de todos los inusuales acontecimientos históricos de su época, conocía los aportes de Marx, Freud y Einstein, como los manifiestos y obras de los Movimientos de Vanguardia que ya existían, si bien no integró ninguno. Se sabe que asistía a las conferencias de los referentes antes citados y a reuniones socialistas y anarquistas. 
Escribió en 1912, una de las obras literarias más importantes de la historia de la  Literatura universal,  “La Metamorfosis”. Su género es narrativo, porque se caracteriza por la actitud de contar, de forma difícil de clasificar, por lo que la integramos al concepto de “la nueva novela”, típica del siglo XX.
Su protagonista es Gregorio Samsa, un antihéroe por quien esta obra se denomina “la tragedia de la soledad”, ya que no tiene solución. Es una obra episódica, que presenta centros de interés.
 “La  Metamorfosis” nos introduce en el mundo del absurdo, es una narración poética en la que abundan  los símbolos, que siempre son  polisémicos  (admiten muchas interpretaciones) presentando  una visión relativa de las cosas, influencia de la teoría de Einstein, y los trabajos sobre el inconsciente de Freud.  
Su título es anticipatorio, simbólico y vanguardista. Se refiere al proceso de  transformación que sufren insectos y batracios, que nacen sin alas y órganos sexuales apenas esbozados, anticipación de la  transformación de Gregorio Samsa, que  hace mucho que comenzó, y simboliza y consiste en  un proceso cruel de deshumanización.

El suceso principal del relato, la metamorfosis del protagonista, se lee en la primer oración del primer párrafo de la obra, colocando al lector frente a lo absurdo por el narrador equisciente (sabe lo mismo que el personaje), a diferencia del narrador de la narrativa del siglo XIX que era omnisciente (todo lo sabia).

El comienzo de la obra es abrupto e in media res, no adelanta información y comienza  en la mitad de los hechos, típico de la narrativa del siglo XX, y señala o denuncia  la transformación del protagonista  en un “monstruoso insecto”. Hay una indeterminación temporal y espacial de este extraño suceso y de la historia de Gregorio Samsa, por la que Kafka comunica que en cualquier tiempo y lugar puede ocurrir. El único antecedente que nos da el narrador de un hecho tan insólito y horrible es  que Gregorio “se despertó” en “su cama”, “una mañana”...y ” tras un sueño inquieto” .  Da sólo un dato temporal y espacial que no aclara ni explica nada, característica de la narración del siglo XX.
“tras un sueño inquieto” crea una atmósfera de pesadilla donde lo onírico y lo subconsciente se confunden con la realidad, son la importancia de los sueños y del inconsciente de Freud.  Despertó del mundo de los sueños, de lo onírico, ubicándose el hecho entre el sueño y la vigilia, confundiendo al lector que piensa si realmente habrá despertado o aún está inmerso en el mundo de sus sueños. Esto  recuerda al Expresionismo, por su interés por el mundo de lo onrico y de la imaginación,  y al Surrealismo que buscaba el mundo del inconsciente y el de los sueños, pero Kafka no formó parte de ellos.
Después por el narrador equisciente sabemos que está despierto y que lo absurdo sí le sucedió, ya no es un ser humano. Mientras “dormía”, significado simbólico, se convirtió en un “insecto”, como llamaba Herman Kafka, el padre del escritor, a las personas que desvalorizaba.
El  personaje Gregorio Samsa, protagonista que es un antihéroe con rasgos de  personaje mecánico, típicos de la narrativa del siglo XX, que busca su propia identidad y es símbolo de la sociedad problematizada y deshumanizada de su tiempo. 

Kafka convierte a su protagonista en “ un monstruoso insecto”, este  epíteto (adjetivo antepuesto al sustantivo), ejemplo de esta prosa poética ( típica de  la pérdida de límites en los géneros en la narrativa del siglo XX),  puede señalar que su carácter de monstruo radica en que fue humano,  y/o su tamaño y aspecto que luego el narrador describirá al detalle y/o en que sigue pensando racionalmente.
Con dos palabras presenta el concepto de “lo kafkiano ”es decir lo absurdo inmerso en el mundo real y el orden aparente.  El término “absurdo” proviene del latín y significa incoherente e ilógico.
El autor presenta el absurdo con una descripción minuciosa de datos realistas, todo junto, de manera que la mente del lector va aceptando el hecho al igual que el personaje y el narrador.
Kafka se dirige al lector que exige la narrativa de su siglo, que esté dispuesto no a leer algo para pasar el tiempo entretenido, sino dispuesto a invertir su inteligencia en reflexionar para ir orientándose en el mundo con el que el autor lo desafía.
Gregorio descubre su nuevo cuerpo. El narrador realiza una descripción detallada del personaje metamorfoseado, que es tan absurda como real ” duro caparazón… vientre arqueado  y oscuro”, imágenes visuales y cromáticas ( de color). Tiene muchas patas “lamentablemente escuálidas con relación al grosor de su cuerpo), anticipa el narrador, que no lo podrán sostener ni dirigir a ningún lado, solo lo llevarán a la autodestrucción. Sabemos que estamos leyendo una literatura con símbolos que debemos interpretar, y que hasta ahora son inabarcables porque muchas disciplinas del conocimiento humano la han interpretado sin poder concluirla, de manera que esta obra nos sigue interrogando.
“¿Qué me ha sucedido? - pensó”. El “monstruoso insecto, mantiene la posibilidad de pensar, su metamorfosis es parcial y continuará durante la obra. Mediante la técnica del monólogo interior, verdadera conquista del siglo XX,  Kafka nos acerca al pensamiento más cercano al subconsciente del personaje, y expresa no lo que habla, sino  lo que piensa.  El escritor se quiere acercar a la mente del personaje, vemos la influencia de Freud y de los Ismos  que dieron importancia al mundo interior.
El narrador secamente destruye la hipótesis pensada por Gregorio, y fundamentalmente por  el lector, “no era un sueño”. Lo ilógico, incoherente y absurdo quedó instaurado. La actitud del autor es arbitraria, impone su absurdo al lector que lo tiene que aceptar, porque forma parte de la visión de la realidad desoladora, caótica y absurda que tienen los escritores del siglo XX, el mundo o la realidad presenta fisuras, aquí Kafka trabaja una, un ser humano puede convertirse en insecto.
Luego, el narrador equisciente integra este absurdo con la descripción del entorno del personaje, el  que no valdrá como espacio propiamente dicho, sino que importará la vivencia que éste tiene de él, según el espacio en la narrativa del siglo XX.
“Su habitación, una habitación humana de verdad”, ironía de Kafka,  las habitaciones albergan enigmas, misterios y cualquier cosa puede suceder ; luego dice que es estrecha, tiene poco espacio, le  resulta agobiante. Gregorio conoce “sus cuatro paredes bien conocidas paredes”, señala que  está demasiado tiempo en su habitación, denuncia su soledad, demuestra que está solo y encerrado, aislado en su habitación de la casa familiar, cuando está en ella, porque viaja mucho.
Kafka escribe su prosa como un poeta, y mediante símbolos polivalentes(admiten varias interpretaciones), denuncia que en la vida del “ humano metamorfoseado” sólo hay espacio para la soledad y la angustia que lo oprime, ahora despojado de su físico.  Sólo se mantiene conectado a la realidad laboral, simbolizado a través de un “muestrario de paños” colocado sobre la mesa de su habitación, lo que habla de la importancia que da a  su trabajo. Luego el narrador enfoca una  imagen que Gregorio  recortó “ hacía poco tiempo” de una revista y enmarcó “en un lindo marco dorado”, imagen visual y cromática. La imagen es de una mujer casi totalmente cubierta por piel animal, que hace un gesto provocador u hostil. Esta simboliza el  proceso de animalización y de identificación que sintió el protagonista cuando la seleccionó para colocarla en un lugar de privilegio en su habitación, hay una mujer parecida a él, quizá  símbolo de un amor deshumanizado, con alguien como él.
Proyectó su propia metamorfosis en la imagen de la foto de una mujer desconocida, de la cual solamente se percibe el rostro, el ademán y  todo el resto, está cubierto de piel animal. Otra vez, y simbólicamente, el narrador señala la soledad afectiva de Gregorio Samsa que evidentemente posterga la realidad de una pareja.
Ante su desconcertada realidad, Gregorio dirige la  mirada hacia fuera, y se evade cuando debería mirar hacia él y su nueva realidad,  aparece el antihéroe que irá desde lo cotidiano a lo fantástico.
 “Gregorio dirige la vista hacia la ventana……” dirige su atención hacia la ventana que da al exterior, demostrando que no puede hacerse cargo de su realidad, y esto no parece ser un comportamiento nuevo, quizá sea una de las causas de su metamorfosis. Aparece el tema de la negación y la evasión de su condición deshumanizada. Es sensible a la  imagen visual y cromática de la situación climática, está nublado como su interior, y siente  melancolía, está desesperado  de afecto, sería un  paralelismo sicocósmico romántico,  que identifica el estado de ánimo con el de la naturaleza, pero es esto lo que es lógico que sintiera? No, por eso Kafka señala el comportamiento de su personaje para que lo estudiemos.
Cierra los ojos  para no ver el “centellear de sus patas desesperadas”. Hay una personificación de las patas al decir que se desesperan, en cambio no se desespera Gregorio por lo que le pasa, al contrario, el texto dice “Bueno –pensó”, denunciando que acepta hasta lo inaceptable, es el héroe mecánico de la narrativa del siglo XX, acostumbrado a aceptar lo inhumano en sí mismo,  hasta convertirse en insecto.
El tema del zoomorfismo en Fafka, personajes que ni siquiera son humanos en la narrativa del siglo XX,  simbolizan conciencias que sufren, como Gregorio.
En este segundo monólogo interior, Gregorio vuelve a pensar que si siguiese durmiendo podría olvidarse de sus fantasías, parece querer decir que la realidad está en sus sueños y que despierto ve algo engañoso. Kafka cuestiona el concepto de realidad.
Hay una hipérbole (exageración) cuando señala que  “cien veces…”. Intenta volver a como vivía en su pasado, ni siquiera se da cuenta que no tiene vuelta atrás, hasta que  le llama la atención un dolor que jamás sintió antes y  lo obliga a instalarse en el presente.
Antes no sintió el dolor que le producía paulatinamente renunciar a su condición humana, optar por un modo de vida, un trabajo, tener vínculos significativos, una relación amorosa, ser libre para vivir su vida. Hasta que encontró  una manera de defenderse y no puede ir a trabajar, se quebró su modo de vivir. Es mi opinión.
El tema de Dios y la religión aparece presentado por un sustantivo vacío de contenido y significación, es sólo una forma de exclamar “ Ay, Dios! y lo va a repetir, para que nos quede claro. Gregorio tiene una visión trágica y desesperanzada de la vida, y su  mundo es sin Dios y sin amor.
Kafka critica y denuncia a las instituciones sociales que anulan a quienes no saben defenderse de  la familia, el trabajo, la religión, el tipo de sociedad, las maneras superfluas de vincularse, el desconocimiento de sí mismo, la desvalorización.
Su mente abandona, no atiende su terrible situación presente, y  se evade   al mundo laboral, piensa en su trabajo obsesivamente, está alienado. Alienación proviene de “alien” que es volverse alguien que uno no es, un extraño. Surge con el Existencialismo que denuncia qué sucede cuando una persona acepta un poder que lo daña y anula, lo deshumaniza, impersonaliza y masifica. Todos se hacen iguales ante esta realidad, y el mundo se habita de seres angustiados y problematizados. Al aceptar negarse a sí mismo, la persona no puede ir contra ese poder que es su dueño y va contra sí mismo de maneras peligrosas, enfocando sus impuso hostil de defensa contra sí mismo, llegando a destruirse. Lo vemos en Gregorio.
En esta obra Kafka critica la mecanización de la sociedad y sus vínculos impersonales, deshumanizados.
“ ¡Qué agotadora profesión he elegido!”- pensó. Presenta su trabajo como si fuera una opción, pero no lo es porque Gregorio elige no elegir como forma de vida. Su trabajo lo daña y lo anula como persona, es imposible que crezca mientras siga viviendo así, subordinado a su familia, a su jefe, a la espera de la vida,  entonces sus caminos se cierran, deja de ser humano, y se convierte en un insecto.
Enumera lo que lo agota de su  trabajo frustrante. Le pesa vivir siempre de viaje, estar pendiente de los enlaces de los trenes, come mal e irregularmente, sus vínculos no son duraderos y siempre son superficiales. Recordemos el nivel simbólico. Sólo como ejemplo en el comer, qué puede nutrir a Gregorio sintiendo así esta vida?  Más adelante piensa renunciar a su trabajo, pero una vez más vemos su postergación personal, porque  no sólo tiene una familia de tres personas que mantener, sino que además se ha hecho cargo de una deuda del padre que lo atará a esa forma de vida unos cinco o seis años más.
“Volvió los ojos hacia el despertador”, el despertador es la pesadilla de su vida, una cosa que ordena el tiempo de su vida. Los tiempos del protagonista son trabajados a la manera de la narrativa de siglo XX, subjetivos y atemporales como su conciencia humana.  El narrador lo objetiva, lo materializa cada 15 minutos, informando que  el tiempo no se detiene, siempre pasa y a nadie espera,  aunque no lo hagamos consciente.
El pensamiento de Gregorio  se presenta en tiempos  yuxtapuestos, como piensa un ser humano común,  con saltos hacia el futuro (preposteración o flash  forward)  y al pasado (o flash back). Su sicología es obsesiva y sigue pensando “Y que podría hacer él ahora”, asumir su realidad, entender lo inevitable, pero no puede hacerlo porque no sabe hacerlo, entonces sigue postergando su realidad y su realización personal con actitudes que lo llevan a estas situaciones.
Sueña con “ ¡ al diablo con todo esto!”, pero expresándose en Modo condicional porque todo lo que realmente quiere, queda en el anhelo, en el mundo de lo que querría pero que no tiene la voluntad y disposición de hacer realidad para él, basta con observar la reiteración de partículas negativas “no, ni, nadie, nunca, jamás, apenas” y los verbos que quedan en el Condicional “ podría, diría, renunciaría....”

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